Mística

Éxodo está sustentado por una espiritualidad cristiana con un fuerte y claro fundamento bíblico. La experiencia fundante del Pueblo de Dios, el pueblo de Israel, es la mística que anima Éxodo: el adolescente se identifica con el caminar del Pueblo de Israel con las siguientes etapas:

Elección

Dios, por propia iniciativa amorosa a personajes decide formarse un pueblo y liberarlo de la esclavitud (Gen 28, 12-15; Gn 35, 9-12Ex 2, 23-25Ex 3, 4-10Ex 19, 3-8; Heb 1,4-5)

«Desde toda la eternidad, como diría el Siervo de Dios P. Félix de Jesús Rougier: “Desde que Dios es Dios”, cada uno de nosotros los adolescentes hemos sido elegidos por Dios a ser sus hijos muy amados y a ser hermanos entre nosotros formando un pueblo que es la Iglesia para vivir en libertad y la misión de construir un mundo mejor.»

Esclavitud

Descubre su situación de esclavitud y clama a Dios (Ex 2, 23)

«Nosotros los adolescentes también clamamos por nuestra libertad e identidad. Le pedimos a Dios que nos enseñe a valorar la vida y a promover que otros la valoren.»

Libertad

Dios responde diciendo que Él es Yavhé, nuestro Dios, prometiéndonos la libertad que se realiza con signos admirables, como lo son las plagas y el paso del Mar Rojo.  (Ex 14, 15-31)

«Cada uno de nosotros experimenta esas plagas, ese paso por el Mar Rojo, de manera distinta. Pero Dios ve, escucha el clamor y decide bajar a liberarnos. Nuestro paso como adolescentes, lo hacemos con nuestra tribu, que nos acompaña y nos ayuda a encontrar a Dios y así liberarnos, es decir, encontrar a Dios que es el camino a la libertad.»

Por eso, en nuestro grupo Éxodo experimentamos el paso que hacen los adolescentes hacia la libertad.

Desierto

Como experiencia de vida constatamos el duro y difícil caminar para llegar a la libertad​ de ser hijos de Dios y hermanos amados​. (Ex 15, 22-17; Dt 8; Dt 8, 1-6; Heb 3, 7-19)

«Como adolescentes nos encontramos caminando por el desierto en busca de la tierra de la vida abundante que Dios nos ha prometido. Esto nos exidge aprender a tomar decisiones responsables pero a veces se da en nosotros la rebeldía por no entender lo que pasa y sentimos, reconcemos que en ocasiones existen en nosotros deseos de regresar a Egipto, al estado en que no había responsabilidades, donde no había libertad.»

El desierto para el adolescente es cuando no reconoce de dónde viene, no es consciente de quién es, no sabe a dónde va y quién va a ser y se hace preguntas como: ¿Quién soy? ¿Qué me hace libre? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Cuáles son mis cualidades y mis defectos? ¿Qué voy a ser cuando sea grande? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Qué puedo aportar a los demás?

Alianza

En medio de las dificultades y caídas, nosotros, el Pueblo de Dios, hacemos una alianza con Dios. Él promete estar con nosotros para siempre y nosotros nos comprometemos a estar unidos a Él para siempre (Ex 19-20; Dt 5, 6-22; Heb 9 1-22). ​

«Cuando yo, como adolescente, me comprometo a estar unido con Cristo para siempre, entonces me encamino a seguir los pasos de Jesús y a tomar mis decisiones, siempre pensando: «¿qué haría Jesús en mi lugar?» Me oriento con el Evangelio, acudo a los sacramentos, busco la dirección espiritual e invoco al Espíritu Santo como luz y guía en señal de alianza a la que me he comprometido. Vivo en comunidad y soy testigo de su presencia en el mundo unido a la Iglesia.»

Tierra Prometida

Lugar de libertad, de responsabilidad, de la vida en comunidad, la tierra que mana leche y miel. (Dt 34, 1-4; Jos 1, 1-9; Heb 4, 1-3)​

«Un lugar donde encontramos nuestra identidad, lo que somos y lo que Dios quiere que seamos. Por fin encontramos nuestra identidad personal y grupal. Esto lo sabemos porque hay una tranquilidad interior, no hay dudas, ni miedos, sabemos que vamos caminando en la Tierra Prometida, no hay nada escondido, ni nada que ofenda a Dios, hay paz, la paz que solo Dios nos puede dar.»

Jesús el nuevo Moisés

Jesús es para nosotros el nuevo y definitivo Moisés porque es la manifestación plena del amor y elección de Dios por nosotros (Mt 3, 17Jn 3, 16; Heb 3, 1-6).

Él escucha nuestros clamores ya que es uno como nosotros (Lc 18, 38; Heb 2, 17-18; 4, 14-15)

Jesús nos libera de nuestras parálisis y esclavitudes (Mc 1, 41).

Jesús domina lo que nos hace daño al detener las tempestades y caminar sobre las aguas .(Mt 8, 23-27).

Movidos como Él por el Espíritu, somos llevados al Desierto donde somos tentados y purificados en nuestra fe (Mt 4, 1-11Mc 1, 12-13Lc 4, 1-13; Heb 9, 14).

Celebramos la Nueva Alianza del Reino de Dios, significada en el banquete de la Eucaristía y proclamada en el Sermón del Monte, nuevo Sinaí, con las bienaventuranzas (Mt 5).

Y Jesús nos promete cielos nuevos y tierra nueva (Ap 21, 1), donde Él mismo se sentará a la mesa entre nosotros y nos servirá (Ap 3, 20),para que tengamos vida y vida en abundancia (Jn 10, 10). 

Por tanto, la mística en Éxodo es una manera de vivir unidos a Cristo para siempre; es un estilo de vida y no un conjunto de conceptos. Nuestro Movimiento propone de fondo una opción de vida. Por esta razón cada Grupo Éxodo tiene la misión de ser un instrumento de formación para la vida. Así, la mística del Movimiento es profundamente vocacional ya que comprende una elección, un llamado-promesa, una misión y una respuesta-opción de vida, tanto a nivel personal como en lo comunitario.

 

 

En los adolescentes, la vivencia de nuestra mística se puede concretar de la siguiente manera: ​

 «Como personas y adolescentes somos elegidos amorosamente por Dios -nuestro Padre- desde antes de que nosotros lo conozcamos y tomemos conciencia de ello. Y también nos elige y ama como pueblo suyo. Como adolescentes nos encontramos en una situación similar al Pueblo de Israel. Estamos por definir nuestro caminar hacia la vida, con una responsable definición en la libertad.  En la adolescencia, vamos a tomar los valores que marcarán nuestros pasos. Este es el tiempo más propicio para dejar atrás aquello que nos detiene en el camino hacia la madurez. Conscientes de nuestra situación, queremos experimentar la libertad y decidimos seguir a Jesús como nuestro Guía. Queremos seguirlo, aunque tengamos que caminar entre dificultades. Porque en las dificultades Lo descubrimos y nos muestra el camino, reconocemos nuestra debilidades para fortalecernos con sus enseñanzas y su amor infinito. El lema de Éxodo, motiva nuestro caminar, resume nuestra mística y es el tesoro que hereda nuestro Movimiento: ¡Unidos con Cristo, para Siempre! ¡Juntos caminaremos y en Cristo nos liberaremos! Desde hoy y a lo largo de nuestra vida, sobre todo cuando egresamos del Grupo.»

 

¡Unidos con Cristo para siempre!

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